Hago malabares con incendios
los pateo y meto goles imposibles en arcos oxidados.
Luego salgo corriendo para que no me alcancen.
De un salto estoy en mi cielito de adentro
donde puede que esté nublado
o se haya activado la alarma antincendios
--y esté lloviendo--
--y esté lloviendo--
pero se sabe que,
de un momento a otro,
los gallos cantarán
y los anillos volverán a pasear a sus abejas.