Anoche soñé que movía objetos con la mirada.
Fascinada por mi nuevo don hacía volar todo cuanto veía. Y cada vez que lo lograba me decía "es cierto, es cierto" y reía como loca, como cuerda.
Era en colores.
A las siete, cuando el celular activó su alarma, lo miré fijamente. Después me refregué los ojos y lo volví a mirar. Y otra vez. Y otra.
Pero no se movió ni medio milímetro de la mesita de luz.
Ufa.
Dos minutos después, miré fijamente el rollo papel higiénico en el baño, mientras me cepillaba los dientes.
Y a pesar de que tampoco voló, ni se mosqueó, me quedé todo el día con la sensación de que era cierto.
Las cosas se movían tal y como ordenaba mi mirada.